El otro día en clase surgió un absurdo debate sobre la proliferación de programas insulsos que se alimentan de televidentes enganchados mediante hipnosis a sus electrodomésticos cúbicos (no está científicamente demostrado, pero mola la retahila que acabo de soltar). Hablo efectivamente de los programas de prensa rosa.
La verdad es que la gente analizaba muy bien el aspecto del gancho comercial, lo barato que resulta su producción, etc. Pero a nadie se le ocurrieron los motivos que existen para que aún se siguan emitiendo. Es decir, por qué la gente los tolera.
A mi se me ocurrió la brillante idea del vacío periodístico tras el franquismo, cubriendo todo aquel tema tenso que nadie se atrevía a pronunciar. Y no sólo eso. También en el franquismo era un arma para entretener al pueblo y que no despertase. Así pues, mi teoría se resume en dos palabras: público acostumbrado. La gente tiene asumido el mundo mal llamado rosa, pues tiene un color de alimento pasado de fecha.
Mis reflexiones se quedan aquí, en un pequeño mundo de unos y ceros. ¿cuál es vuestra opinión muchachos?
el peso del talento
Hace 4 años
0 comentarios:
Publicar un comentario